¡Hola! En esta entrada te comparto algunos datos curiosos sobre las zapatillas de punta de ballet.
¿Sabías qué?
Su origen se remonta al nacimiento de los ballets románticos en el siglo XIX.
Se considera que una de las primeras bailarinas en emplear este tipo de zapatillas fue Marie Taglioni en el ballet la Sílfide en 1832 utilizando la técnica de puntas.
El peso promedio de las zapatillas de punta es de 200 a 230 gramos.
Cada zapatilla está conformada por más de 50 elementos.
Para confeccionar una zapatilla se realizan mínimo 40 procesos manuales.
Para fabricar las zapatillas de punta se requiere mucha atención y sensibilidad manual, característica de las personas sordomudas.
Considerando estas ventajas, en una fábrica rusa se contratan como zapateros de punta a este tipo de personas.
La buena zapatilla se tiene que parar sobre la puntera sin que la traiga puesta la bailarina.
Las bailarinas profesionales usan martillo para ajustar sus zapatillas.
Un peso de 110 kilogramos es el que soporta la punta de la zapatilla al caer después de un salto.
El tamaño de la plataforma promedio es de 2 a 3 centímetros cuadrados.
La vida de la zapatilla de una bailarina profesional varía de un día hasta un mes.
Fitter es el profesionista que se encarga de recomendar las zapatillas adecuadas para las bailarinas.
Los hombres también bailan en zapatillas de punta. Algunas de las compañías profesionales para ellos son “Trocadero” y “Ballet Mihkailovsky”.
La mayoría de los modelos de zapatillas de punta no tienen lado derecho o izquierdo.
El material de la caja de la zapatilla es elástico, lo que permite que la bailarina lo ajuste a la forma de su pie.
En el libro de Guinnes se registró que 230 bailarinas en Central Park de Nueva York estuvieron paradas en punta durante un minuto y siete segundos.
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