El Perfeccionismo en la Danza: De Freno a Impulso
- Vadim Vadim

- 25 sept
- 3 Min. de lectura
El Perfeccionismo en la Danza: La Trampa Invisible que Frena tu Talento

En mis años de trabajo con artistas de la danza, he observado un patrón dolorosamente común: bailarines y maestros de un talento excepcional que, de repente, se quedan estancados. No avanzan. La fluidez desaparece y es reemplazada por una rigidez cargada de frustración. ¿El culpable? Un enemigo silencioso que se disfraza de virtud: el perfeccionismo tóxico.
Me atrevo a decir que el 99% de los que dedicamos nuestra vida a la danza padecemos este problema en algún grado. Caemos en la trampa de creer que la perfección es el objetivo, cuando en realidad, se convierte en la jaula que nos paraliza.
El Perfeccionismo: ¿Motor o Freno?
No todo perfeccionismo es malo. Cuando funciona como un motor para la acción, nos impulsa a mejorar nuestra técnica, a pulir un movimiento y a buscar la excelencia. Es esa voz que nos dice: "Puedes hacerlo mejor".
El problema surge cuando ese motor se sobrecalienta y se transforma en un freno por el miedo a equivocarse. El escenario cambia por completo. Ya no se trata de buscar la excelencia, sino de evitar el error a toda costa. Y es aquí donde el progreso se detiene en seco.
La realidad es simple y universal: aprendemos a través de nuestros errores. El error no es un fracaso, es un dato. Es la información más valiosa que tenemos para ajustar, recalibrar y, finalmente, dominar una habilidad.
Los Tres Caminos del Aprendizaje en la Danza

Frente al error, podemos identificar tres tipos de bailarines o maestros:
El que aprende de sus propios errores: Este artista se cae, se levanta, analiza por qué se cayó y lo intenta de nuevo con una nueva estrategia. Su avance es constante, aunque a veces sea lento.
El que aprende de los errores de otros (y de los propios más rápido): Este es el camino inteligente. Buscamos maestros y guías no solo para que nos enseñen la técnica, sino porque ellos ya cometieron los errores que nosotros estamos a punto de cometer. Un buen guía tiene la capacidad de "predecir" nuestros tropiezos. Si entregamos nuestra confianza, nos ahorran tiempo, frustración y nos ayudan a avanzar a una velocidad exponencial.
El que nunca aprende: Este artista, lamentablemente, es el que más sufre. Tiene tanto miedo de equivocarse que ni siquiera lo intenta. No aprende de sus errores porque evita cometerlos, y no aprende de los demás porque el miedo lo mantiene aislado. Se queda paralizado, viendo cómo otros avanzan.
La verdadera experiencia no se mide en las horas que pasas dentro de un salón de danza. Se mide en las horas que pasas equivocándote, reflexionando y mejorando tus habilidades. Un ensayo de una hora lleno de errores analizados y corregidos vale más que cinco horas repitiendo un movimiento por inercia, con miedo a fallar.
3 Pasos Prácticos para Liberarte del Perfeccionismo Paralizante
Superar el perfeccionismo tóxico es un proceso, pero puedes empezar hoy mismo con estos simples cambios de mentalidad.
1. Reconoce que el Error es tu Mejor Herramienta Repítelo hasta que lo interiorices: equivocarse es normal y es la única forma de crecer. Piensa en esto: el único que está perfecto es quien no hace nada, y está perfecto en su inacción. ¿Es eso lo que quieres para tu carrera? Cada fallo en un balance, cada nota musical olvidada, cada paso fuera de tiempo es una lección gratuita. ¡Aprovéchala!
2. Enfrenta las Emociones que Despierta tu Perfeccionista Cuando cometes un error, ¿qué sientes? ¿Vergüenza, frustración, rabia, ansiedad? No ignores esas emociones. Detente un segundo y nómbralas. Entender qué sientes es el primer paso para que dejen de controlarte. Tu "perfeccionista interior" se alimenta de esas emociones para justificar la parálisis. Al enfrentarlas, le quitas su poder.
3. Reflexiona con Calma y sin Autocrítica Destructiva Después del error y la emoción, llega el momento de la reflexión. Pero no desde el juicio ("¡qué tonto soy!"), sino desde la curiosidad ("¿por qué mi peso se fue hacia ese lado?"). Analiza la situación como un científico analiza un experimento. Con objetividad, sin látigo. Pregúntate: "¿Qué puedo ajustar la próxima vez?".
¿Necesitas una Guía en tu Camino?
Romper el ciclo del perfeccionismo tóxico a solas puede ser abrumador. A veces, la voz del autocrítico es tan fuerte que necesitamos a alguien que nos ayude a escuchar la voz de la lógica y la autocompasión.
Si te sientes estancado, si el miedo a equivocarte te impide disfrutar de tu pasión y mostrar tu verdadero talento, no dudes en buscar ayuda.
Mi servicio de asesoría psicopedagógica para bailarines y maestros está diseñado precisamente para esto: para darte las herramientas mentales y emocionales que te permitan transformar el perfeccionismo en tu mayor aliado.
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