Amor propio: cómo la psicoterapia cultiva la relación más importante de tu vida
- Vadim Proshichev
- 30 abr
- 3 Min. de lectura
"Hasta que no hagas las paces contigo mismo, nunca estarás en paz con los demás."
— Dalai Lama

Muchas personas que llegan a la psicoterapia me preguntan: "¿Cómo puede esto ayudarme realmente?"
Y aunque hay muchas respuestas posibles, quiero hablarte de una en especial: la capacidad de desarrollar amor propio real, profundo y sostenido, a través de la relación terapéutica.
El camino hacia el amor propio comienza con la mirada del otro
En un proceso psicoterapéutico saludable, sucede algo poderoso: el terapeuta mira al paciente con compasión, empatía y sin juicio. Sesión tras sesión, esa mirada cálida y comprensiva, esa presencia constante y humana, comienza a convertirse en parte del mundo interno del paciente.

Y entonces ocurre un cambio: la persona empieza a mirarse a sí misma con la misma compasión que alguna vez recibió de fuera. Ese gesto, que al inicio venía del otro, se vuelve interno y propio.
Así nace el autocompasión, un paso esencial hacia el verdadero amor propio.
¿Qué es realmente la autocompasión?
La doctora Kristin Neff, pionera en este campo, define la autocompasión como la capacidad de ofrecernos comprensión, aceptación y cuidado a nosotros mismos, especialmente en los momentos difíciles.
Muchas personas pueden ser compasivas con los demás, pero se tratan a sí mismas con dureza, crítica o indiferencia.
La autocompasión no es debilidad, ni lástima por uno mismo. Tampoco es autoindulgencia. Es una forma madura y valiente de estar con uno mismo en el dolor, sin negarlo, sin exagerarlo, y sin huir.
Los tres pilares de la autocompasión:
1. Bondad hacia uno mismo (en vez de autojuicio)
Ser compasivo contigo mismo significa reconocer que estás sufriendo y responderte con ternura, en vez de exigencia cruel. No es decirte “todo está bien”, sino poder decir “esto duele, y merezco consuelo”.
2. Reconocer nuestra humanidad compartida (en vez de sentirnos solos)
A veces creemos que nuestros fracasos o defectos nos aíslan. Pero la imperfección es parte de ser humano. Cuando aceptamos esto, dejamos de vernos como "los únicos rotos" y empezamos a ver que no estamos solos en nuestro dolor.
3. Mindfulness o atención plena (en vez de sobreidentificarnos con el sufrimiento)
La autocompasión requiere presencia y claridad. Es ver tu dolor tal como es —sin reprimirlo ni dramatizarlo— y no convertirte en él. No eres un fracaso, sino alguien que está atravesando una experiencia difícil.
Lo que no es amor propio
El amor propio verdadero no se basa en la autoexigencia, el perfeccionismo o la apariencia. No depende de cuántos logros tengas o cuán exitoso parezcas.
Tampoco es un estado narcisista de superioridad.
Amarse no es creerse mejor que otros, sino reconocer que uno también merece cuidado, respeto y espacio para equivocarse.
Tampoco es autoindulgencia disfrazada: “hoy me amo, así que me quedo tirado todo el día sin hacer nada que me nutra”. Eso es evasión. El verdadero amor propio implica también responsabilidad, elección consciente y compromiso con tu bienestar profundo (no solo con el placer inmediato).
¿Cómo la psicoterapia ayuda a desarrollar amor propio?
En el Método Vadim, la psicoterapia corporal no es solo una conversación: es una experiencia profunda donde el cuerpo, las emociones y la mente se reconectan.
Cuando una persona empieza a escucharse con presencia, a sentir su cuerpo con respeto, a reconocer sus emociones sin juicio, ocurre un cambio profundo. El cuerpo deja de ser un enemigo, las emociones dejan de ser un caos, y la mente deja de ser una voz castigadora.
A través de la terapia, aprendemos a habitar nuestro mundo interno con más dignidad y cuidado.
Poco a poco, aparece una nueva voz dentro: la de tu terapeuta interior, ese aspecto tuyo que sabe calmarte, sostenerte, y ayudarte a avanzar sin miedo ni castigo.
¿Te suenan familiares estas frases?
- "Cuando me equivoco, me trato con dureza."
- "No me permito sentir dolor. Sigo adelante como si nada."
- "Me cuesta aceptar mis errores sin sentirme un fracaso total."
- "Me siento solo con mis problemas. Nadie más entendería lo que vivo."
Si te reconoces en ellas, no estás solo. Y no estás condenado a vivir así.

El camino del amor propio comienza por mirarte con una nueva luz.
La psicoterapia no te da respuestas mágicas, pero te ofrece un espacio donde puede nacer una forma distinta de estar contigo.
Y desde ahí, todo cambia: tus relaciones, tus decisiones, tu energía, tu propósito.
💬 ¿Te gustaría iniciar un camino de autocompasión real?
En mis sesiones psicoterapéuticas combinamos el trabajo emocional, corporal y consciente para que puedas reconectar contigo de forma compasiva y poderosa.
Agenda tu primera sesión sin costo:
Hace dos días tuve el peor día de mi vida conmigo misma, me maltrate psicológicamente porque me veía gorda, fea, vieja, fracasada. Sentia dolor, frustración y rabia. Rabia por como me veía, rabia por lo agresiva que estaba siendo conmigo misma, rabia por lo injusta que está siendo con lo que la vida me ha bendecido, rabia por todo. Hice un alto, acudí a mi caja de herramientas que he adquirido con las terapias del Método Vadim. Hablé conmigo misma, identifique que me estaba juzgando a través de la óptica de mi yo antigua, después conecte con mi esencia, energía y nuevos valores. Reconocí que no sé amarme, me prometí conquistarme, conocerme, cuidarme, aceptarme y amarme por el resto de…