El bailarín es al mismo tiempo un creador del arte y un instrumento de expresión.
Como creador del arte es la persona que interpreta la danza a través de los movimientos e imágenes visuales. Y como instrumento de expresión utiliza su cuerpo desarrollándolo continuamente para tenerlo entrenado, sensible y expresivo.
Para llegar a esto, requiere de mucha preparación y mucho esfuerzo, tanto físico como artístico.
En muchos países la formación de los bailarines profesionales de ballet es considerada parte de la educación oficial. La edad sugerida para empezar la carrera de danza clásica es entre los 9 a 11 años, y requiere de entre 8 a 10 años para finalizarla. Debido a que hay mucha competencia, los alumnos tienen que presentar varios exámenes y demostrar sus aptitudes tanto físicas como artísticas.
Cuando un alumno es aceptado en la academia cursa distintas disciplinas:
Danza: danza clásica, danza de carácter, danza contemporánea, el repertorio clásico, etc.
Disciplinas especiales como la música y la actuación.
Materias generales como la literatura y las matemáticas.
Además, cada año los alumnos presentan exámenes de todas las disciplinas para pasar de grado.
Al finalizar la carrera, los bailarines participan en audiciones para entrar a las compañías profesionales de danza.
La carrera de un bailarín es bastante complicada, por lo que es importante seguir con un entrenamiento diario para mantener el cuerpo en forma.
Las compañías de danza están conformadas por jerarquías:
Bailarín principiante: bailarín que es de nuevo ingreso y está en fase de entrenamiento y aprendizaje.
Bailarín figurante o bailarín del cuerpo de baile: miembro del cuerpo de ballet, que no tiene ningún papel de solista.
Corifeo: en algunas ocasiones realiza el papel de solista.
Primer bailarín/bailarina: interpreta el papel de solista (protagónico).
Bailarín/bailarina «étoile» (estrella): título dado a los mejores bailarines.
Estos niveles representan la experiencia de los bailarines durante su carrera profesional.
El ballet es considerado como “el arte de los jóvenes" porque se requiere de mucha preparación y esfuerzo físico diario. Es una carrera que termina entre los 36 a 40 años, ya que a esta edad no es posible competir con los bailarines más jóvenes. Muchos profesionales después de su carrera como artistas siguen en el mundo del ballet como maestros, coreógrafos o directores de ballet.
Llegar a ser un bailarín profesional requiere de un camino arduo, pero el sueño de volar sobre el escenario lleva a muchos niños y niñas a este mundo maravilloso.